Todo lo bueno acaba, snif snif. Me lo he pasado bastante bien, y aunque el hotel se llamaba "Princesa", hemos comido como cerdos. Al ser buffet libre, todo había que probarlo, y tripitir el postre, ya que había 3 clases distintas de tarta, helados de cinco sabores, mouses, natillas, gachas... y con un minibar bastante surtido en la habitación, para bajar la comida. Total, que hemos venido con 4 kilos mas cada uno, pero esta semana toca tortilla de espinacas en vez de chuletones de ávila, que se le va a hacer. Unas tapas exquisitas, unas pizzas maravillosas, unos helados de vainilla con cookies con auténticos cookies tamaño familiar... que deleite para la gula.
Efectivamente, hubo ropa que no me puse, porque solo tengo dos piernas y eran 3 pares de pantalones. Y lo que se me olvidó: el pijama. Pero este olvido no tuvo mucha importancia, porque entre que en la playa uno va semidesnudo, y para dormir mas de lo mismo, tampoco lo eché de menos. Los recuerdos que de allí me traje fueron: una toalla del hotel, bastantes jabones, gorros de ducha y esponjas que todos los días reponían en el baño, y el culo lleno de arena. Sólo me he quemado de rodillas para abajo, porque no se porqué extraña razón se me ocurrió pensar que esa parte del cuerpo no se me quemaba. Ahora tengo las piernas bicolor. Y no he cogido nada de sol, estoy igual de blanca que me fui. Dice mi hermana que si es que no he salido de la habitación. Pero si, no hay que ser tan mal pensado. Y tengo la marca de las chanclas en los pies, que ridículo.
Por la noche no había tanta fiesta como imaginábamos, aunque en la km de la playa y en la penélope, los que invitan a chupitos prácticamente nos obligaron a tomárnoslos, les faltó sacar la metralleta. Como no estábamos por la labor de gastarnos 6 eurazos en un cubata (con descuento por ser nosotros), cuando nos bebimos el chupito salimos por la puerta. Y nos dice el rr.pp.: Pero donde vais?????. Y yo: -a dormir la mona. Lo peor fue que no paraban de pararnos los rumanos por la calle para intentar vendernos rosas. Para jolgorio del personal, se me ocurrió decirles: -No gracias, no fumo. - cada vez que venían con una rosa. Y a la vuelta de la esquina... nos volvimos a encontrar al rr.pp. de los chupitos (esto al día siguiente), y vuelve a acercarse para que entráramos al garito. y se me ocurrio la idea de hacerme pasar por extranjera, y hablar un dialecto del chino-ruso-manchego que me inventé en ese mismo momento, y el tio se quedó a cuadros y se batió en retirada. Prueba superada.
Cuando estábamos comiento en el bufet, los camareros no paraban de quitarnos los platos semivacíos, cuando aún no los habíamos rebañado. y suelta Fer: - Dejarme viviiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir- con la intención de que lo oyésemos los colegas, no los camareros, pero lo oyeron, y ya no nos quitaban los platos, se iban acumulando unos encima de otros, para vergüenza nuestra y jolgorio de los demás comensales.
A media noche, suelta Fer, entre sueños:- Gema, aun vas por el primer plato- . Y por la mañana no se acordaba de ná de lo que había dicho.
En la autopista, para pagar el peaje, va el tío y mete los dos euros con cuarenta y cinco en la ranura de las tarjetas de crédito... sin comentarios. Por supuesto, los intentamos recuperar con una horquilla, y el controlador se debío creer que intentábamos joder la máquina, porque vino a nuestro encuentro con cara de pocos amigos.
Y estas han sido a grandes rasgos mis vacaciones. Bueno, y una multa de zona azul que nos pusieron, pero esa ya es otra historia. Menos mal que aún me queda otra semana de vacas, pero esa ya será aqui, en mi Albacete natal.
